En 1932, Margret Wittmer deja Alemania junto a su esposo e hijo. Viajan a Floreana, una pequeña y casi desierta isla en el archipiélago de Galápagos; allí se establecen.

Los Wittmer se ven rodeados por inusuales vecinos que incluyen un filósofo vegetariano que planea vivir desnudo hasta los 200 años y una "baronesa" que entre escándalos se proclama emperatriz de Floreana. También juegan un rol importante los amantes de "la baronesa", otros colonos, científicos, exploradores y personal militar.

Este relato no es una obra de ficción. Se desenvuelve en Floreana, un entorno tan parecido al paraíso como al infierno. Los eventos que hoy se conocen como "Galapagos Affair" fueron seguidos atentamente por los medios en todo el mundo.

martes, 21 de septiembre de 2010

El efecto "Floreana"

Hemos recibido un motivante texto de Aldo Salvador, Director Ejecutivo de ASOGAL. Muchas gracias por tan lindas palabras, que pena que por los compromisos gremiales, no nos puedas acompañar.
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A la familia Wittmer,  

“Floreana”, es una de las obras más impactantes que se hayan escrito sobre el valor y fortaleza humana, puesto a prueba en un entorno inhóspito y desafiante, como son las Islas Galápagos. 

Del puño y letra de Margret Wittmer, acompañamos a Heinz y Harry, en su aventura por descubrir en “Charles”, “Santa María” o “Floreana”, un pedazo de patria, un hogar, un refugio, en el cual, verían crecer a sus hijos, y a varios de sus descendientes, con la sola fuerza y determinación de su voluntad, y el esfuerzo de su inagotable dedicación al trabajo.

El recorrido por el tiempo y los senderos de “Floreana, lista de Correos”,  está lleno de retos, penurias, historias, aromas, colores y paisajes, hilvanados magistralmente por la memoria de una mujer valerosa, quien, celosamente, conservó intactos los momentos más destacados, durante su vida en el “Asilo de la Paz”. 

Cuando se revisan los pasajes de este libro, en los que se describen días y horas muy intensos, que pusieron a prueba la templanza y los límites de los Wittmer, no deja de sorprender la entereza y tenacidad, con la que supieron enfrentar y vencer complejas adversidades, como encontrar fuentes de agua para su supervivencia; conservar una semilla, para poderla sembrar en la época adecuada; confiar en la palabra de extraños, para recibir y enviar noticias a su “otro mundo”; tener abrigo y sombra, cuando el cielo se ensañaba con el suelo;  traer seres a este mundo, sin más ayuda que sus propias manos… 

Cuánta sabiduría,  y ejemplos en los que se destaca el sentido común, se encuentran plasmados en las historias de Margret; historias simples, pero llenas de esperanza, que nos siguen inspirando, especialmente, a quienes hemos desarrollado parte de la vida, en ese infierno y paraíso, en que suele convertirse Galápagos. 

Al recibir la invitación para este jueves, sentí una gran alegría, al saber que las letras y memorias de Margret, volvían al patrimonio de su familia; se lo merecen con todo mérito. Creo que las memorias de Margret, encuentran nuevamente el lugar que con toda justicia y honor les pertenece, dentro de la historia de colonización de las Islas Galápagos.

Lamento no poder compartir con ustedes el lanzamiento de este Libro. Sin embargo, atesoro como uno de los mejores recuerdos de mi vida, un paseo, en el que a la par de Don Rolf Wittmer, y su nieto Jorge Antonio, recorrimos en una mañana de garua, el sendero que conduce a las cuevas del “Asilo de la Paz”. Por un momento, la historia se volvió vida, en la voz de quien nació, creció y transformó en un gran hombre, que continua atestiguando la marcha de estos tiempos. 












A todos los Wittmer, gracias por su ejemplo.

Con afecto, 
Aldo Salvador




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