En 1932, Margret Wittmer deja Alemania junto a su esposo e hijo. Viajan a Floreana, una pequeña y casi desierta isla en el archipiélago de Galápagos; allí se establecen.

Los Wittmer se ven rodeados por inusuales vecinos que incluyen un filósofo vegetariano que planea vivir desnudo hasta los 200 años y una "baronesa" que entre escándalos se proclama emperatriz de Floreana. También juegan un rol importante los amantes de "la baronesa", otros colonos, científicos, exploradores y personal militar.

Este relato no es una obra de ficción. Se desenvuelve en Floreana, un entorno tan parecido al paraíso como al infierno. Los eventos que hoy se conocen como "Galapagos Affair" fueron seguidos atentamente por los medios en todo el mundo.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Reader reviews (Spanish)


Floreana, es el título del libro, al igual que el nombre de la isla de su fantasía. El paraíso de la familia Wittmer, intrépidos emigrantes europeos que demostraron al mundo la capacidad del hombre para hacer su vida linda, a su gusto, con sus ideales y convicciones. El libro parece una fábula más de Julio Verne, pero en verdad es un cuento fascinante escrito por Margret Wittmer, autora y actora de esta obra rica de leer y de ejemplar escuela para las personas que han perdido algo de fe en si mismos.

Copio textual del prefacio: "el valor de este relato va mas allá de lo novelesco; si bien el misterio, las desapariciones y los personajes excéntricos le dan un toque y una trama especial, el eje fundamental de este testimonio es el trabajo duro, los valores familiares y el amor por la patria. Es justamente aquel testimonio el legado que Margret deja para quienes la conocimos, para quienes vivimos a esta excepcional mujer. Este relato es un mensaje para los actuales habitantes de las islas". 

Luego de haber leído el libro, por la riqueza de narración del mismo, casi he llegado a "conocer" a la autora y su entorno y me he fascinado con tantas y diversas historias tan divertidas como de trascendental importancia hasta en los destinos de la humanidad entera en ciertos momentos de tensión mundial.

Mi reconocimiento a la autora y su familia entera por el ejemplar accionar, mi especial agradecimiento a Margarita Wittmer García por haberme obsequiado esta obra.

Por: Joaquín Larrea Ortiz

miércoles, 26 de enero de 2011

Entrevista con Rolf Wittmer: Los impactos del libro Floreana y las repercusiones de este en la sociedad Galapagueña.



P. Rolf, por favor cuéntenos un poco sobre el libro Floreana:

La obra Floreana, de Margret Wittmer es el recuento del emprendimiento de esta familia que hasta hoy habita y ama las islas. Este libro fue publicado por primera vez en 1959 bajo el título original “Postlagernd Floreana”. Desde su publicación ha sido traducido a más de 14 idiomas y se ha reconocido como uno de los “500 grandes libros escritos por mujeres” según la autora Erika Bauermeister. 

“Postlagernd Floreana” es un relato personal de la experiencia de Margret Wittmer y de los eventos sucedidos en Floreana en los años 30. El título significa Floreana Lista de Correos y en las primeras ediciones se utilizó esta traducción. El texto se conoce hoy solamente bajo el nombre de “Floreana” y una nueva edición fue publicada en 2010 por Editorial Galápagos, la primera casa editorial constituida con capital 100% isleño y dedicada específicamente a publicar temas de Galápagos.

En esta nueva edición se ha actualizado la obra para complementar la labor de Margret Wittmer y de quienes provenimos de su legado. La nueva edición dedica el 85 por ciento de las ganancias a desarrollar proyectos de desarrollo social en Floreana mediante la fundación Rolf Wittmer, una iniciativa organizacional de responsabilidad social corporativa de Rolf Wittmer Turismo Galápagos. También auspiciaron la publicación las empresas Tip Top Travel y el Hotel Wittmer, todas empresas 100% ecuatorianas y de residentes Galapagueños dedicadas al turismo en las islas.

P. Rolf, son muchas las historias que se cuentan sobre Floreana. Hay muchas versiones, interpretaciones y a la vez nadie es testigo real de lo que sucedió allí entre 1930 y 1935. ¿Qué nos puede decir usted sobre esto?

Yo era un bebé en 1935. No recuerdo nada y lo que sé es lo que me contaron mis padres. Todo se resume en el libro, si quiere saber lo que sé recomiendo leer el libro.

P. Lo haré, sin embargo mi pregunta va un poco más allá. ¿En su concepto qué es lo que hace a la historia de Floreana tan especial?

Yo creo que la historia de Floreana en la década de 1930 tiene todos los elementos de un mito. Esto es lo que la hace especial, no la familia Wittmer o mi madre. Te doy ejemplos y te aclaro esto: 

Los mitos forman parte del sistema de creencias de una cultura, la cual los considera historias verdaderas y los utiliza como forma de determinar valores. Es muy común escuchar a guías turísticos, nativos de Galápagos, periodistas e incluso turistas hablar sobre la historia de Floreana. Nadie sabe nada en realidad, ninguno lo vivió. Sin embargo, cada uno tiene su propia interpretación y llega a sus propias conclusiones, entregándole así a esta historia un poco de sí mismo y determinando valores. 

Otro ejemplo, el mito es una historia sagrada que narra un acontecimiento sucedido durante un tiempo primigenio, en el que el mundo no tenía aún su forma actual. Esto es un elemento fundamental de la historia en Floreana. El libro de Margret narra las necesidades y prioridades que tuvieron los primeros colonos. Hoy, estas necesidades son solamente interesantes anécdotas de un tiempo lejano en apariencia pero no en tiempo; afianzando así los componentes míticos del relato. 

Un tercer razonamiento. Otro componente fundamental del mito es que normalmente responde una pregunta existencial; normalmente referente a la creación de la Tierra, la muerte, el nacimiento y similares. Encontramos aquí otra coincidencia importantísima. La historia humana de Galápagos es muy reciente y no responde a una lógica sencilla. La narrativa de mi madre sobre Floreana explica un poco lo que aquellos primeros colonos que llegaron a las islas vivieron y cómo llegamos a ser tan diversos. Fueron varios los emprendimientos de colonización que las Galápagos han vivido a lo largo de su corta y apasionante historia, son en cambio muy pocos aquellos que han podido mantenerse en el tiempo y dar frutos, la familia Wittmer en Floreana es uno de ellos. A un nivel subconsciente esta historia explica cómo el mundo en el que hoy vivimos, la sociedad de Galápagos, tomó su forma.

Quizás el elemento que más mitifica esta historia es la fuente de transmisión. Los mitos se originan en un relato oral y los detalles varían a medida que es transmitido de generación en generación; esto da lugar a diferentes versiones. Normalmente el mito es expresado por los sabios, shamanes o ancianos en las culturas ancestrales. Si tú comparas esto te darás cuenta de que gran parte de la mitificación de la historia de Floreana proviene del turismo. El contar la historia de Floreana es un elemento oral que los guías transmiten a los visitantes, poniendo siempre su propia sal y pimienta, alterando así los detalles. 

P. Si comprendo bien lo que usted dice es que una cosa es la historia real de lo que sucedió en Floreana y otra muy aparte es el mito que se cuenta sobre la isla. ¿Cómo llegar a conocer la verdad entonces? ¿Cómo saber qué pasó en Floreana?

Depende de que te interese, te explico un poco:

A muchas personas les interesa solamente el cuento, la primicia, el chisme. No les interesa mucho saber que pasó y de que se trata todo esto. A estas personas les bastará cualquier interpretación por irreal que sea. Solo quieren una fábula que contar, algo interesante, sobresaliente. Probablemente estas personas se queden con la “verdad” que cualquiera, sin importar que tan calificado esté, les dé.

A otros les interesa saber más. Investigar un poco. Estas personas son las que normalmente compran el libro Floreana. Hay también quienes compran el libro porque quieren el relato personal, real de una mujer que empezó de cero, labró la tierra, tuvo hijos en el monte, unificó una familia; estos son los que por lo general más valor obtienen de la lectura.

Hay quienes van más allá y buscan realmente un interés científico, como historiadores. Para ellos sin duda leer el libro Floreana es fundamental puesto que es una de las pocas fuentes primarias que existe sobre los eventos en Floreana. Lo único que se puede decir en este caso es que a pesar de que algunos historiadores han estudiado mucho el tema ninguno ha podido establecer realmente cómo, quién, por qué se desapareció la baronesa y es muy difícil que alguien pueda algún día encontrar evidencia que aclare este misterio.

jueves, 13 de enero de 2011

Los Misterios de Floreana

Los bucaneros la llamaron Charles, los españoles Santa María y los ecuatorianos Floreana. Ha visto a Fray Tomás de Berlanga dar misa; balleneros nórdicos exterminar su población endémica de tortugas; empresarios noruegos morir de hambre y desilusión; penados ecuatorianos luchar y asesinarse entre sí. Son 173km2 con una historia escalofriante. Desde el siglo XVI hasta el siglo XX, Floreana fluctúa entre poblada y desierta. El optimismo y tragedias marcan las épocas.

Un dentista Alemán llega a la isla en 1930; Floreana está desierta. Friederich Ritter no es cualquier dentista; es un filósofo, desprecia la sociedad y ha llegado aquí para practicar el vegetarianismo, la desnudez y el aislamiento. Así vivirá 150 años. Ha venido con Dore, ella abandonó a su marido para escapar con él; ella es su única estudiante, amante, amiga, compañera. Ambos se han extraído todos los dientes, fue idea de él. Comparten una dentadura de acero un día por medio. Transcurren dos años: establecen una granja y leen. Ritter escribe para periódicos en Europa. Se comunican con el mundo por un barril. Los barcos en tránsito depositan y llevan correspondencia de su interior. El barril tiene más tiempo que cualquier habitante, llegó en época de bucaneros.

Es 1932; Margret, Heinz y Harry Wittmer ponen pie en Floreana. Su motivación es diferente, buscan un paraíso y esconderse de la posguerra. Las historias de Ritter y textos de exploradores los han traído aquí. Margret está embarazada. Se establecen en la parte alta de la isla. Utilizan cuevas como guarida y construyen una casa, luego un huerto. Aún dentro de la cueva nace Rolf. Primer nacimiento registrado en Floreana.

Nuevos habitantes, un niño nace en una cueva; un entorno mítico que fascina a la prensa. Más barcos recalan en la isla y dejan regalos, tesoros. Leche en polvo, jabón, chocolates, herramientas, correo, atención, elogios. Una regla mantiene la paz: ninguno se entromete en las cosas del otro. 

Pasan meses. Aparece Eloise Wehrborn de Wagner-Bousquet, autodenominada “baronesa”. Su plan: establecer “Hotel Paraíso” para millonarios que algún día llegarán atraídos por ella. Su séquito son tres hombres: Valdivieso, Lorenz y Philippson. Entre escándalos se proclama “Emperatriz de Floreana”. Revisa e incauta correspondencia, se apropia de bienes.

La situación se deteriora rápidamente. Es 1935. Valdivieso ha escapado, Philippson es el amante predilecto y Lorenz un eje de chismes e intrigas. Ritter no soporta más la intromisión en su aislamiento, Dore lo apoya. Los Wittmer están dedicados a criar un niño, viene otro en camino. 

La baronesa y Philippson desaparecen, dejan algunas pertenencias. No se han visto barcos, hay huellas en la arena. Lorenz dice a Ritter y Wittmer que fueron a Tahiti. Lorenz y Ritter se reparten lo que la baronesa deja. Lorenz decide marcharse pero su barco falla y se pierde en el mar. Ritter muere envenenado, antes de morir él se disculpa y a la vez maldice.   Dore hace muchas declaraciones, ninguna se parece a la otra, no puede explicarlo. Lorenz es encontrado en una isla desierta, lejana; murió de sed. Dore regresa a Alemania. Semanas después Wittmer es investigado: Ritter lo acusó de “desaparecer” a la Baronesa mientras vivía.

La prensa mundial enloquece. Publica historias, versiones, conjeturas: Nada tiene sentido pero la historia vende. No hay fuentes primarias, de los testigos solamente viven Dore y los Wittmer. Cualquier opinión es especulación. Dore escribe un libro lo titula “Satán vino al Edén”. El libro se publica en Alemania, pronto es ridiculizado, nadie lo lee.  

Años después Margret publica un relato. Es 1959, el libro se llama “Floreana, Lista de Correos” y se traduce a 14 idiomas. El libro es un éxito, revive el “Galapagos Affair” pero no pretende explicar nada, es solamente su testimonio de vida. Margret relata lo que es empezar de cero en una isla casi desierta a 1000 kilómetros de la sociedad, vivir en una cueva, tener hijos en Floreana, labrar la tierra, unificar una familia, iniciar un negocio. El libro es citado entre los 500 mejores escritos por mujeres. La autora es condecorada por el Presidente de Ecuador; visitantes de todo el mundo llegan a conocerla; se desarrolla el turismo a Floreana y la pequeña isla está otra vez en el mapa. Es el año 2000, Margret muere en Floreana a sus 96 años. Hoy solo sobrevive Rolf Wittmer, nacido en 1933 es el único testigo vivo de los misterios de Floreana.

domingo, 3 de octubre de 2010

La visión del efecto Floreana

Por: Jorge Antonio Mahauad

La obra Floreana de Margret Wittmer es el recuento del emprendimiento de esta familia que hasta hoy habita y ama las islas. Este libro fue publicado por primera vez en 1959 y ha sido traducido a más de 14 idiomas. La historia de los Wittmer en Galápagos y los misterios de Floreana ha dado la vuelta al mundo. 

Los hechos que narra este libro han despertado interés y estudio de historiadores, documentalistas e investigadores de talla mundial. Como resultado muchos visitantes han sido atraídos a Floreana. También se han generado versiones y reacciones. Hay muchos que se permiten hacer afirmaciones y conjeturas sin haber sido testigos de los hechos en Floreana. Sin embargo, el valor de la historia en esta narrativa va más allá de todo el interés novelesco que contiene. El misterio, las desapariciones y los personajes excéntricos le dan un toque y una trama especial; sin embargo, el eje fundamental de este testimonio es convivir con la naturaleza, trabajar duro, valorar familiares y amigos. Todo esto combinado con amar el sitio que llamamos “nuestro”. 

Este libro es un homenaje para aquellos primeros colonos que llegaron a las islas. Son varios los emprendimientos de colonización que las Galápagos han vivido a lo largo de su corta y apasionante historia. Son muy pocos los que se han en el tiempo y dado frutos. La familia Wittmer en Floreana es uno de ellos. Creo sin embargo que hay un mensaje más profundo en este libro.

Galápagos se ha considerado “el laboratorio viviente de la evolución”. Pero las Islas son también un tubo de ensayo en otro aspecto no menos importante y quizás más complejo: los seres humanos. Quienes llegaron en un inicio a Galápagos buscando un hogar, una nueva patria son un componente. Otro componente son quienes quisieron usufructuar de las islas y de sus recursos. El tema aquí es que la población Galapagueña es fundamentalmente inmigrante y esto ha creado gran diversidad. Una diversidad que se manifiesta no solamente en los orígenes culturales sino también en las motivaciones para estar en las islas. Sea que llegasen en el siglo diecinueve, entre 1930 y 1950 como los Wittmer y otras familias pioneras, “antes del 98”, o incluso quienes que acaban de llegar hoy a las islas, todos aquellos que hoy estamos en Galápagos agregamos diversidad.

 La supervivencia del más apto y la adaptación al medio fueron conceptos que los primeros colonos debieron aprender y practicar desde el momento en que desembarcaron en las islas, sin importar su objetivo en las mismas. Estos mismos conceptos determinan hoy la evolución económica, política y social de Galápagos. Las islas se prueban una vez más un laboratorio de la evolución de las sociedades, de la generación de cultura y de la adaptación al medio. 

Así como lo prueba la historia de las islas, que no por ser en general reciente carece de interés, los emprendimientos en Galápagos, o son exitosos o sucumben dependiendo de cómo aquellos que los llevan a cabo se relacionan con el ambiente. Actualmente, Galápagos tiene una población que oscila en los veinte y cinco mil habitantes. Las conexiones tanto aéreas como marítimas con el continente ecuatoriano están garantizadas e incluso se ha llegado a cuestionar dichas conexiones como excesivas. Los teléfonos convencionales y celulares, radio, televisión, prensa escrita son consumidos ávidamente por los habitantes del archipiélago. En la actualidad, bastan un par de días para importar los pocos bienes y servicios que las tiendas y negocios locales no proveen. El nivel de consumo de un habitante insular es prácticamente el mismo que el de un habitante en cualquier otra parte del Ecuador. En algunos aspectos es incluso superior. Para muchos, las necesidades y prioridades que tuvieron los primeros colonos son solamente inverosímiles fábulas  de un tiempo lejano en apariencia pero no en tiempo. 

Sin lugar a duda, las Islas Galápagos no son lo que solían ser hace más de 75 años cuando Margret, Heinz y Harry Wittmer llegaron a Floreana en 1932. Han evolucionado con las personas. Esta evolución comprende una extensa problemática económica, social y política que no pasa desapercibida. Es en este entorno que la tarea de seguir evolucionando en este paraíso insular se presenta complicada pero fundamental para los isleños. 
Los valores planteados en esta obra son universales y crearán valor en el lector independientemente de donde este provenga. Galápagos es un microcosmos de nuestro planeta y la problemática que enfrentan las islas es la misma que enfrenta esta esfera única e irremplazable que llamamos “tierra”: el verdadero y único patrimonio de la humanidad.

Es aquí donde los galapagueños de hoy y de mañana podemos marcar una diferencia. En el libro de Margret encontramos claves que nos ayudarán a sobrevivir por medio de la evolución. Una evolución que debe tener como eje principal el amor. Amor por la naturaleza, por la familia, por el trabajo. En la historia después del libro encontramos guías que nos ayudan a tomar un nuevo enfoque. El servicio para la labor social, honrar a nuestros antepasados, las prácticas ambientalmente responsables, aprender del pasado son algunas de ellas. 

Personalmente creo que es responsabilidad de todos los que nos llamamos “galapagueños” demostrar que en este microcosmos de nuestro planeta se puede hacer una diferencia. Es responsabilidad nuestra demostrar que se puede plantear un modelo justo, equilibrado y responsable que contemple las necesidades del ser humano y de su entorno equitativamente. 

La tarea no es fácil pero las recompensas son invaluables. Un modelo funcional en Galápagos podría ser a su vez una guía para el desarrollo y la conservación de este planeta que llamamos nuestro…… Es aquí donde podemos hacer la diferencia localmente y tener impacto globalmente. Creo que si cumplimos con esta misión nuestro paso por la vida será recordado y valorado en las generaciones por venir, igual como hoy nosotros hacemos con nuestros antepasados.

Es con esta visión que se ha realizado la nueva edición del libro Floreana. Se ha actualizado la obra para complementar la labor de Margret Wittmer y de quienes provenimos de su legado. Hemos querido darle a esta edición un trasfondo económico y social sobre lo que creemos es una forma sostenible de estar en Galápagos. Para esta edición se ha constituido Editorial Galápagos, la primera casa editorial en las islas. El objetivo de esta editorial es fomentar la creación y transmisión de la cultura galapagueña. La Fundación Rolf Wittmer, propietaria de los derechos del libro dedicará el 85 por ciento de las ganancias provenientes de la obra a desarrollar proyectos de desarrollo social en Floreana. En el apéndice hemos incluido una actualización sobre la historia y realidad de los negocios ambientalmente responsables y comprometidos que mantenemos en Galápagos.  Todo lo anterior como muestra de que estamos dispuestos a poner plata y persona en generar el modelo antes mencionado.

Este día es una muestra de perseverancia a través de generaciones. Lograr estar aquí juntos hoy ha sido como una carrera de postas en la que todos hemos corrido. Desde Margret viajando a Alemania en los 50 para buscar una casa editorial, pasando por sus hijos Rolf y Floreanita que debieron buscar apoyo para mantener el título en las librerías, siguiendo con sus hijos Margarita, Enrique, Elizabeth, Inge y Charles Wittmer e Ingrid, Trudy y Erika García respectivamente que han elegido apoyar y promover esta nueva edición y llegando hasta sus hijos que hoy leen con orgullo pedazos de su propia historia, venden libros y aportan con ideas. Han sido muchas personas, en muchos momentos los que han hecho este momento una hermosa realidad…

En este punto quiero agradecer especialmente a Rolf y Floreanita Wittmer por su confianza y paciencia en este proceso. A Margarita Wittmer por el apoyo, gestión y esfuerzo que ha dedicado. A Enrique Wittmer por confiar y apoyar ideas tan locas como constituir una casa editorial, hacer películas y vender libros; aspectos que no tienen nada que ver con dirigir una empresa turística. A los socios de Rolf Wittmer Turismo por financiar todo lo antes mencionado reduciéndolo de sus ingresos personales. A Charles Wittmer por prestarse con entusiasmo para los múltiples viajes a Floreana y a todos los bisnietos de Margret por prepararse, entusiasmarse y dedicar tiempo de sus vidas para honrar de donde provienen. 

Todo esto son pequeñas glorias que se olvidan con el tiempo. Si pudiese definir el éxito, lo que esperaría es que la historia de la familia Wittmer, al igual que la de muchas otras en las islas, sea un ejemplo a seguir. Una guía sobre cómo vivir en Galápagos y que además sea un factor para fortalecer y generar la tan anhelada cultura galapagueña.  El mayor éxito sin embargo sería que esta cultura sea un modelo para el mundo proveniente de un paraíso perdido en un pequeño grupo de islas a mil kilómetros de la costa en el Océano Pacífico.

sábado, 25 de septiembre de 2010

martes, 21 de septiembre de 2010

El efecto "Floreana"

Hemos recibido un motivante texto de Aldo Salvador, Director Ejecutivo de ASOGAL. Muchas gracias por tan lindas palabras, que pena que por los compromisos gremiales, no nos puedas acompañar.
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A la familia Wittmer,  

“Floreana”, es una de las obras más impactantes que se hayan escrito sobre el valor y fortaleza humana, puesto a prueba en un entorno inhóspito y desafiante, como son las Islas Galápagos. 

Del puño y letra de Margret Wittmer, acompañamos a Heinz y Harry, en su aventura por descubrir en “Charles”, “Santa María” o “Floreana”, un pedazo de patria, un hogar, un refugio, en el cual, verían crecer a sus hijos, y a varios de sus descendientes, con la sola fuerza y determinación de su voluntad, y el esfuerzo de su inagotable dedicación al trabajo.

El recorrido por el tiempo y los senderos de “Floreana, lista de Correos”,  está lleno de retos, penurias, historias, aromas, colores y paisajes, hilvanados magistralmente por la memoria de una mujer valerosa, quien, celosamente, conservó intactos los momentos más destacados, durante su vida en el “Asilo de la Paz”. 

Cuando se revisan los pasajes de este libro, en los que se describen días y horas muy intensos, que pusieron a prueba la templanza y los límites de los Wittmer, no deja de sorprender la entereza y tenacidad, con la que supieron enfrentar y vencer complejas adversidades, como encontrar fuentes de agua para su supervivencia; conservar una semilla, para poderla sembrar en la época adecuada; confiar en la palabra de extraños, para recibir y enviar noticias a su “otro mundo”; tener abrigo y sombra, cuando el cielo se ensañaba con el suelo;  traer seres a este mundo, sin más ayuda que sus propias manos… 

Cuánta sabiduría,  y ejemplos en los que se destaca el sentido común, se encuentran plasmados en las historias de Margret; historias simples, pero llenas de esperanza, que nos siguen inspirando, especialmente, a quienes hemos desarrollado parte de la vida, en ese infierno y paraíso, en que suele convertirse Galápagos. 

Al recibir la invitación para este jueves, sentí una gran alegría, al saber que las letras y memorias de Margret, volvían al patrimonio de su familia; se lo merecen con todo mérito. Creo que las memorias de Margret, encuentran nuevamente el lugar que con toda justicia y honor les pertenece, dentro de la historia de colonización de las Islas Galápagos.

Lamento no poder compartir con ustedes el lanzamiento de este Libro. Sin embargo, atesoro como uno de los mejores recuerdos de mi vida, un paseo, en el que a la par de Don Rolf Wittmer, y su nieto Jorge Antonio, recorrimos en una mañana de garua, el sendero que conduce a las cuevas del “Asilo de la Paz”. Por un momento, la historia se volvió vida, en la voz de quien nació, creció y transformó en un gran hombre, que continua atestiguando la marcha de estos tiempos. 












A todos los Wittmer, gracias por su ejemplo.

Con afecto, 
Aldo Salvador