En 1932, Margret Wittmer deja Alemania junto a su esposo e hijo. Viajan a Floreana, una pequeña y casi desierta isla en el archipiélago de Galápagos; allí se establecen.

Los Wittmer se ven rodeados por inusuales vecinos que incluyen un filósofo vegetariano que planea vivir desnudo hasta los 200 años y una "baronesa" que entre escándalos se proclama emperatriz de Floreana. También juegan un rol importante los amantes de "la baronesa", otros colonos, científicos, exploradores y personal militar.

Este relato no es una obra de ficción. Se desenvuelve en Floreana, un entorno tan parecido al paraíso como al infierno. Los eventos que hoy se conocen como "Galapagos Affair" fueron seguidos atentamente por los medios en todo el mundo.

jueves, 13 de enero de 2011

Los Misterios de Floreana

Los bucaneros la llamaron Charles, los españoles Santa María y los ecuatorianos Floreana. Ha visto a Fray Tomás de Berlanga dar misa; balleneros nórdicos exterminar su población endémica de tortugas; empresarios noruegos morir de hambre y desilusión; penados ecuatorianos luchar y asesinarse entre sí. Son 173km2 con una historia escalofriante. Desde el siglo XVI hasta el siglo XX, Floreana fluctúa entre poblada y desierta. El optimismo y tragedias marcan las épocas.

Un dentista Alemán llega a la isla en 1930; Floreana está desierta. Friederich Ritter no es cualquier dentista; es un filósofo, desprecia la sociedad y ha llegado aquí para practicar el vegetarianismo, la desnudez y el aislamiento. Así vivirá 150 años. Ha venido con Dore, ella abandonó a su marido para escapar con él; ella es su única estudiante, amante, amiga, compañera. Ambos se han extraído todos los dientes, fue idea de él. Comparten una dentadura de acero un día por medio. Transcurren dos años: establecen una granja y leen. Ritter escribe para periódicos en Europa. Se comunican con el mundo por un barril. Los barcos en tránsito depositan y llevan correspondencia de su interior. El barril tiene más tiempo que cualquier habitante, llegó en época de bucaneros.

Es 1932; Margret, Heinz y Harry Wittmer ponen pie en Floreana. Su motivación es diferente, buscan un paraíso y esconderse de la posguerra. Las historias de Ritter y textos de exploradores los han traído aquí. Margret está embarazada. Se establecen en la parte alta de la isla. Utilizan cuevas como guarida y construyen una casa, luego un huerto. Aún dentro de la cueva nace Rolf. Primer nacimiento registrado en Floreana.

Nuevos habitantes, un niño nace en una cueva; un entorno mítico que fascina a la prensa. Más barcos recalan en la isla y dejan regalos, tesoros. Leche en polvo, jabón, chocolates, herramientas, correo, atención, elogios. Una regla mantiene la paz: ninguno se entromete en las cosas del otro. 

Pasan meses. Aparece Eloise Wehrborn de Wagner-Bousquet, autodenominada “baronesa”. Su plan: establecer “Hotel Paraíso” para millonarios que algún día llegarán atraídos por ella. Su séquito son tres hombres: Valdivieso, Lorenz y Philippson. Entre escándalos se proclama “Emperatriz de Floreana”. Revisa e incauta correspondencia, se apropia de bienes.

La situación se deteriora rápidamente. Es 1935. Valdivieso ha escapado, Philippson es el amante predilecto y Lorenz un eje de chismes e intrigas. Ritter no soporta más la intromisión en su aislamiento, Dore lo apoya. Los Wittmer están dedicados a criar un niño, viene otro en camino. 

La baronesa y Philippson desaparecen, dejan algunas pertenencias. No se han visto barcos, hay huellas en la arena. Lorenz dice a Ritter y Wittmer que fueron a Tahiti. Lorenz y Ritter se reparten lo que la baronesa deja. Lorenz decide marcharse pero su barco falla y se pierde en el mar. Ritter muere envenenado, antes de morir él se disculpa y a la vez maldice.   Dore hace muchas declaraciones, ninguna se parece a la otra, no puede explicarlo. Lorenz es encontrado en una isla desierta, lejana; murió de sed. Dore regresa a Alemania. Semanas después Wittmer es investigado: Ritter lo acusó de “desaparecer” a la Baronesa mientras vivía.

La prensa mundial enloquece. Publica historias, versiones, conjeturas: Nada tiene sentido pero la historia vende. No hay fuentes primarias, de los testigos solamente viven Dore y los Wittmer. Cualquier opinión es especulación. Dore escribe un libro lo titula “Satán vino al Edén”. El libro se publica en Alemania, pronto es ridiculizado, nadie lo lee.  

Años después Margret publica un relato. Es 1959, el libro se llama “Floreana, Lista de Correos” y se traduce a 14 idiomas. El libro es un éxito, revive el “Galapagos Affair” pero no pretende explicar nada, es solamente su testimonio de vida. Margret relata lo que es empezar de cero en una isla casi desierta a 1000 kilómetros de la sociedad, vivir en una cueva, tener hijos en Floreana, labrar la tierra, unificar una familia, iniciar un negocio. El libro es citado entre los 500 mejores escritos por mujeres. La autora es condecorada por el Presidente de Ecuador; visitantes de todo el mundo llegan a conocerla; se desarrolla el turismo a Floreana y la pequeña isla está otra vez en el mapa. Es el año 2000, Margret muere en Floreana a sus 96 años. Hoy solo sobrevive Rolf Wittmer, nacido en 1933 es el único testigo vivo de los misterios de Floreana.

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